CLAVE SECRETA

Por: Ramón Vargas

NO LO SÉ, PUEDE SER…
De la supuesta, sí, supuesta invitación que le hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador al gobernador Antonio Echevarría García para que se integre a su gabinete, se han dicho muchas cosas.

Algunas a favor y otras en contra, pero lo que su servilleta cree, mis invitados lectores, es que el Jefe de la Nación puso su grano de arena para que en Nayarit sea armonioso el periodo de transición.

Pero bueno, a lo mejor puedo equivocarme y es en serio que AMLO se quiere llevar a Toño para que trabaje en el gobierno federal, donde, considero, tendría que hacer un buen papel ya que estará entre puros elementos que, por alguna razón, pasaron de estar cuestionados a un estatus de solvencia para desempeñarse en la función pública.

Ahora que si el llamado no se da, pues hay un montón de formas de justificar lo que no se hizo, y entre ellas, se me ocurre una gran ocupación, por parte de Toño, claro, para una mejor atención de sus empresas.

OTRA INVITACIÓN
El aún gobernador Antonio Echevarría García invita a los nayaritas a ser parte de los festejos patrios a través del Internet, para evitar las aglomeraciones que podrían ser causal de una serie de contagios.

Hace bien el gobernante, pues la verdad en nuestra entidad la situación no está como para darle vuelo a la hilacha.

Ya será después cuando las cosas se puedan hacer de manera diferente, es decir, con asistencia directa al Grito de Independencia, con todo y el disfrute de las andanadas de olotazos.

VA UNA MÁS
Pero ahora por parte de su servilleta, mis consumidores lectores, para que vayan y les compren a los locatarios del mercado “Morelos” de esta ciudad.

Es que se siente gacho ver que una gran cantidad de ellos se han visto obligados a cerrar sus puestos, porque de plano dejaron de ser los negocios que servían para su manutención.

Primero fueron los locales de la parte alta los que resintieron la falta de compradores, pero ahora este mal también ya se empezó a padecer en la parte baja.

SECRETO A VOCES: Dicen que invitar no obliga, y ser invitado, tampoco.