Luis Pablo Gutiérrez, aficionado del Querétaro, narró su experiencia dentro de Estadio Corregidora y la calificó como “un infierno”

La violencia que se vivió en el Estadio Corregidora fue indiscriminada en el partido entre Los Gallos Blancos de Querétaro y los Rojinegros del Atlas. Múltiples familias con niños tuvieron que huir del inmueble. Una imagen se viralizó, en la que un padre de familia tuvo que refugiar a sus tres hijos en la barda que da hacia la cancha. Luis Pablo Gutiérrez vivió una pesadilla en lugar de disfrutar un sábado familiar futbolero.

El aficionado asistió con su familia al encuentro entre Querétaro y Atlas de coincidencia, ya que los boletos se los regaló un amigo que es parte de la institución. Sus asientos eran en la primera fila y el conato inició cerca de él y su familia. De acuerdo a su narrativa, el conflicto lo empezaron los gallos, cuando un aficionado, cruzando la cancha, se acercó a la afición visitante.

La experiencia de Luis Pablo en El Corregidora

“Entraron dos granaderos, que eran lo máximo de seguridad que había en el estadio y los regresaron a las gradas”, comentó. Ahí fue cuando se salió de control y la gente presente invadió el campo, algunos para continuar peleando y otros para intentar ponerse a salvo.

Luis Pablo estaba sentado detrás de la banca de las escuadras, por lo que cuando la violencia escaló, fue a metros de distancia de él y sus hijos, todos menores de siete años.

“Agaché a mis hijos y a mi esposa hacia la barda. Les dije que se quedaran agachados y no se movieran. Mis hijos empezaron a llorar, estaban muy asustados. El mayor nada más me decía que no se quería morir” comentó respecto a cómo enfrentó la situación.

En su trayecto de salida del estadio, en los pasillos encontró trazos de violencia y nula seguridad. Cuando ingresaron al estadio no registraron la bolsa de su esposa y Luis no fue cateado.

Describió las escenas que presenció como “verdaderamente un infierno, una pesadilla”. Luis comentó que las personas que estuvieron dentro del conflicto se comportaron como “verdaderas bestias” y que sólo tenían ganas de lastimar a quienes se le pusieran enfrente.

Contó, también, que fuera del Estadio la Corregidora había elementos policíacos, pero nunca accedieron al inmueble a detener lo que sucedía. Luis y su familia lograron salir del estadio ilesos, pero hizo énfasis en que ni él ni sus hijos regresarán al estadio del Club Querétaro.