San Blas atorado en crecimiento y desarrollo hotelero, de servicios e infraestructura

Por: Ramón Vargas

*PURO PARA ADELANTE

Hace más de una década se anunciaba una carretera que acercaría en tiempo a la capital nayarita con el puerto de San Blas, por parte de un gobierno que por muchas de sus propuestas fue calificado más de una vez como visionario.

Sin embargo, este anuncio no sólo causo regocijo entre los que tradujeron el anuncio como la oportunidad de estar en pocos minutos disfrutando de una playa, sino también la preocupación de los conocedores de todo lo que se deriva de la invasión de personas anhelantes de diversión.

La ex alcaldesa de Tepic, María Eugenia Jiménez Valenzuela, como ambientalista que es, por ejemplo, advirtió de una situación caótica por la falta de infraestructura en el municipio que actualmente es gobernado por Pepito Barajas.

Pasaron los años y hasta ahora que por instancias de gobierno federal se pretende continuar con el auge que convertiría a San Blas en un emporio turístico, con fundamentada angustia se reviven las demandas de enfocar las baterías a los puntos básicos.

La diputada local Nataly Tizcareño acaba de poner una vez más el dedo en la llaga al señalar la falta de infraestructura en su municipio, pero sin dejar de expresar que está totalmente de acuerdo en que hay que darle para adelante a todo aquello que ayude a despertar al gigante dormido.

Cambiar la mentalidad de restauranteros, hoteleros, ramaderos y en general de todos los prestadores de servicios es un asunto pendiente, dijo, e indicó que la capacitación a todos ellos para adaptarlos a la modernidad que requiere una zona con verdadero potencial, tendrá que aparearse con obras que faciliten los accesos e interrumpan el riesgo de la contaminación desmedida.

A las opiniones de la señora María Eugenia y a las de la diputada Nataly; su servilleta, mis playeros lectores, agrega los comentarios de la destacada periodista Bertha Álvarez, quien en una reciente incursión a las ramadas de San Blas se dio cuenta que hay fallas en el manejo de la basura y en la atención a los servicios sanitarios.

Esto último pareciera pecata minuta si la mentalidad que se impone es valemadrista, pero en mi opinión, es tan importante como una buena carretera, una buena comida y un confortable hospedaje.

Nada se tiene que descuidar si hay que competir contra otros destinos turísticos, y menos si entre la ciudad y la playa la distancia es poca y las ganas de ir y venir más seguido pretenden conservarse.

Por todo lo anterior expuesto, va mi voto a favor de despertar al gigante pero para invitarlo a sueños que para bien de Nayarit se conviertan en realidad.

Secreto a voces: Dicen que ir para adelante no siempre significa que se deba tropezar.