A la élite ríos de dinero, a los pobres el engaño

Por Ricardo Esquivel Castañeda

En los últimos días ha arreciado la crítica contra el proyecto del Tren Maya,-una de las obras emblemáticas del presidente Andrés Manuel López Obrador-donde se denuncia por parte de científicos, personajes del mundo del espectáculo, organizaciones civiles y organizaciones sociales que no hay una planeación para la construcción de dicha obra ya que se carece de estudios de impacto ambiental, no se ha tomado en cuenta a la sociedad civil de la zona, que ya hay un sobrecosto en el proyecto, y sobre todo, que no se pone atención al daño que se generará en el medio ambiente y en el pueblo de la península de Yucatán.

¿Qué se esconde detrás de la terquedad del presidente por realizar este proyecto a pesar de todos los argumentos que se le dan? Se oculta el hecho de que el proyecto es un proyecto neoliberal que beneficiará a los grandes empresarios que invertirán en los diferentes polos de desarrollo que se crearán por donde irá el ferrocarril. Ese es el fondo, los indígenas mayas y la población en general solo proporcionarán mano de obra barata, mientras que los beneficiarios serán, la élite capitalista cercana al poder de la 4T.O sea que, estamos ante un gobierno que ha olvidado su lema de “primero los pobres”.

Y a nivel regional o estatal, como es el caso de Nayarit, las cosas se presentan de la misma manera, se repite la misma política central, se destinan ríos de dinero para las grandes obras como muelles y puertos marítimos, aeropuertos, puentes, túneles, se embellecen grandes bulevares, plazas que claramente favorecerán en primer lugar a los empresarios, dejando todo a modo para que los grandes inversionistas sean los principales ganones de esta política de desarrollo.

Así que por eso no hay dinero para obra social. En Nayarit la inversión para acercar el turismo nacional e internacional no para, pero, los trabajadores, o sea, la mano de obra (que esos grandes polos de desarrollo necesitarán para atender los grandes centros turísticos) no mejoran en su calidad de vida. Cientos de trabajadores viven hacinados, con muchos problemas para poder pagar renta, y los que con muchos sacrificios han logrado adquirir viviendas, viven con el constante problema de ver si podrán pagar las mensualidades de su casa, con los aumentos constantes de los precios de los alimentos, la inseguridad, etcétera.

Como podemos ver, los polos de desarrollo en la sociedad capitalista en que vivimos sólo benefician a unos pocos, los dueños del dinero, mientras la gente pobre que habita cerca de los mismos polos vive mal con muchas carencias de servicios básicos como la luz eléctrica, drenaje, salud, entre otras más.

En el caso de las zonas diferentes a los polos de desarrollo, igual, se les apoya a cuentagotas. Tenemos el caso de los pescadores y campesinos de la comunidad de Platanitos en Santa María del Oro, y el de campesinos de las comunidades de Palapitas y el Cuarenteño del municipio de Xalisco. En ambos casos el problema se remite a que no se concluyen sus respectivas carreteras pavimentadas a sus comunidades. Con los anteriores gobiernos, y sobre todo gracias a la lucha terca de los antorchistas se logró que se les volteara a ver sus problemas, no se les pavimentaron todas sus carreteras, pero el avance fue significativo ya que se avanzó cerca del 50% en cada una de ellas.

De los gobiernos se podrá decir que fueron corruptos, saqueadores y demás calificativos pero ellos construyeron parte de estas carreteras, eso es un hecho real que no se puede negar.

Hoy día estos pueblos insisten ante el gobierno estatal para que se finalicen estas carreteras y se les trata como intrusos que quieren todo el presupuesto para ellos.

Los primeros son pescadores que sacan muchas toneladas de mojarra al año, los segundos producen bastantes toneladas de aguacate, café y plátano. Se trata de productores que sólo necesitan de su gobierno la infraestructura carretera para mejorar y ser más competitivos y, sin embargo, a esas comunidades se les regatea la inversión para mejorar su actividad productiva.

Está también el caso de las familias que necesitan medicinas para atender a sus hijos en los hospitales de Tepic, donde ya es frecuente el malestar de las madres el expresar que no hay medicamentos. Los casos aquí citados revelan esa política de abandono hacia los pobres, hacia los campesinos y demás estratos sociales, donde se comprueba que los gobiernos federal y estatal, prácticamente están haciendo a un lado la política de resolver los problemas sociales más sentidos de la gente.

Para los antorchistas no es sorpresa ver cómo en los gobiernos de la 4T se destinan muchísimos recursos económicos para las obras faraónicas que benefician más a la élite del poder que al pueblo pobre que les creyó y que los llevó al poder; siempre lo dijimos, AMLO no representa a los más marginados, hoy la realidad pone las cosas en su lugar y la necesidad de crear una organización de lucha para la conquista verdadera del poder político en beneficio de los más necesitados sigue siendo vigente.