Distracciones en vez de atender los problemas reales

Por Ricardo Esquivel Castañeda

Por sus cerca de cincuenta años de lucha al lado de la gente más marginada del país, tiempo dedicado a educar y organizar a la gente pobre para que dé su lucha por vivir mejores condiciones de vida, nuestra organización de Antorcha bien puede decir si un gobierno local, estatal o federal está realmente trabajando por el bienestar de la gente; por eso, bien podemos decir que ahí donde el poder es utilizado para apuntalar proyectos políticos o para el enriquecimiento personal de alguno cuantos, en vez de beneficiar a la gente con obras y servicios vemos que se busca distraer al pueblo.

Esta política la han realizado los gobiernos salidos de todos los partidos de México, incluyendo al de la 4T, por ejemplo, en la disputa diplomática con España, donde se le pide a ese país que pida perdón por el saqueo y los crímenes que se cometieron contra los grupos autóctonos de nuestro país desde la época de la conquista. A todo mundo le quedó claro que eran puras bravuconadas de AMLO, que en realidad la solicitud al país ibérico era hecha para llamar la atención y hacer olvidar a los mexicanos la tragedia del covid-19 que estaba provocando miles de muertos por el pésimo servicio de salud del gobierno mexicano. ¿acaso hubo cambios en la relación con España? No los hubo, los españoles siguen saqueando nuestros recursos naturales y nuestra economía sigue dependiendo de ellos.

Y así como actúa el gobierno federal, así proceden algunos gobiernos estatales y municipales, aprenden rápido lo malo de sus superiores. En Nayarit tenemos el caso de Tepic donde gobierna desde hace seis meses la Ingeniera María Geraldine Ponce Méndez quien desde que asumió el poder se ha caracterizado por embellecer parques y jardines, en navidad hizo muy llamativa con muchas luces la alameda, se promovió la reforestación del cerro de San Juan y últimamente se ha destacado por rescatar y proteger a los perros.

Las anteriores acciones, plausibles, pero claramente agrandadas por los medios de comunicación con el fin de exaltar algo que no puede ser reprobado, pero que trata de sustituir las verdaderas necesidades de la gente como son las obras de drenajes, pavimentaciones, arreglo de caminos, construcciones de vivienda para las gentes de más bajos recursos económicos, etcétera.

En el caso de la última acción, es decir, la protección de los perros ha desatado la polémica porque ahora se quiere legislar el cobro para todos aquellos que tengan estos animales.

Las opiniones se han dividido, encontramos a los que defienden la vida de los canes, con la presidenta municipal a la cabeza, y están también aquellos que la critican y sostienen que más que nada se trata de una medida de tipo recaudatorio, que busca obligar a los ciudadanos a pagar impuestos en tiempos tan difíciles por la falta de empleo. Igualmente, aquí vemos cómo se le da vuelo a esta acción de la munícipe cuando sabemos que hay otras demandas más urgentes de los tepicenses.

Creo que ambas opiniones son correctas si entendemos por qué las dos son importantes; nadie debería oponerse, al menos así lo creo yo, a que se preserve la vida de un perrito, de los animales, plantas, y de toda nuestra naturaleza. Igualmente tienen razón las autoridades cuando buscan cómo generar ingresos, el problema se presenta cuando los gobernantes solo buscan cómo exprimir más al pueblo y a cambio se le retribuye muy poco.
Pero, voy más allá, y creo que tienen la razón aquellos que dicen, “la presidenta si recoge a todos los perros, ¿por qué no recoge también a todos los indigentes y ayuda a todos aquellos que están en los cruceros limpiando vidrios? Y yo preguntaría, ¿por qué el gobierno municipal no atiende las necesidades más elementales de miles de ciudadanos que ahorita necesitan trabajo, alimentación y vivienda?

Está más que claro que estas acciones buscan abultar con ayuda de la propaganda algo que bien puede esperar, el que se nos quiera sustituir gato por libre o, mejor dicho, cosas no prioritarias por prioritarias no habla bien de una autoridad que bien pude aprovechar el momento para demostrar que también se quiere preservar la vida y la dignidad del pueblo que la llevó al poder. No hacer las cosas así, es tratar de distraer la atención de la gente de sus verdaderos problemas.