Un plan de justicia llamativo

Por: Ricardo Esquivel Castañeda

Hace algunos días se llevó a cabo en Mesa Del Nayar municipio de Del Nayar, Nayarit una reunión entre autoridades indígenas y el gobierno de México para construir el denominado Plan de Justicia de los Pueblos Wixárika, Náyeri y O´dam (Huicholes, Coras y Mexicaneros) de los estados de Nayarit, Jalisco y Durango; el objetivo de dicho encuentro fue analizar los diversos problemas que tienen las comunidades y buscar sus soluciones en relación a la tierra, territorio, recursos naturales, medio ambiente, centros ceremoniales, sitios sagrados, cultura e identidad, gobierno y organización tradicional entre otros temas más.
Estamos hablando pues de un plan de justicia para los indígenas organizado por el gobierno federal y estatal. El nombre de este plan es llamativo, rimbombante, pero por tratarse de grupos sociales de mexicanos que viven con muchas carencias, de los más lastimados por la injusta distribución de la riqueza social que se da en nuestro país, preocupa que esto solo vaya a quedar en buenas intenciones, como es frecuente ver en nuestros gobernantes.
Estamos hablando que sólo en Nayarit hay 65 mil 935 integrantes de las etnias de los huicholes, coras y mexicaneros y que habitan principalmente en los municipios más pobres como son Del Nayar, La Yesca y algunos también viven en la ciudad de Tepic.
Según DataMÉXICO en el 2020 en Del Nayar con 47 mil 550 habitantes, el 68.6% de la población no tenía acceso al sistema de alcantarillado, 30% no contaba con agua potable, 61.7 no tenía baño y 31.2% no tenía energía eléctrica. En La Yesca con 13 mil 719 habitantes, 25.6% no tiene baño, 25.2% no cuenta con alcantarillado, 11% no cuenta con agua potable y 12.6% sin electricidad, 44% vive en pobreza moderada y 25% en pobreza extrema. A estos datos le faltaría agregar también la población indígena que habita en Tepic, pero que como es una cantidad muy pequeña no altera la situación real en la que viven las etnias en el estado de Nayarit.
A estos números gruesos que ya son preocupantes, le agregamos los problemas de las comunidades por falta de empleo, la carencia de buenos hospitales, de sus caminos que están en pésimas condiciones, del grave problema de la inseguridad, de la falta de vivienda, entre otras carencias más.
La situación es pues verdaderamente difícil para estos grupos de mexicanos si tomamos en cuenta que el actual gobierno de la Cuarta Transformación se ha caracterizado por no hacer obra social y acabar con todos los programas sociales que ayudaban a miles de familias vulnerables, destaco aquí el empleo temporal que mucho ayudaba a muchas familias indígenas, y siguiendo con esta política de destrucción, en estos últimos días la prensa nacional ha estado sacando notas de la intención destructiva del sector salud de este gobierno de cerrar 33 hospitales psiquiátricos a nivel nacional sin importarles dejar en la calle a varios miles de enfermos que requieren de tratamientos especiales en estos hospitales.
La obra social se ha terminado en este gobierno y también se está acabando a todos los programas sociales y el dinero de ello se está destinando a fortalecer los programas de ayudas monetarias claramente electorales.
Así es que por el lado federal no habrá avances para las zonas indígenas; por el lado estatal las cosas son iguales, la obra social está muy limitada, a cuenta gotas, al grado que, si te atreves a solicitar un puente, un vado u otra obra cualquiera para tu comunidad se te dice que prácticamente te quieres llevar todo el presupuesto estatal de la Secretaría de Obras. La respuesta del gobierno estatal y de municipios morenistas, como buenos repetidores del gobierno federal es la de negar las obras sociales que tanto necesitan las comunidades más marginadas de Nayarit.
Por la actuación del gobierno federal y del estatal bien se puede intuir que los pobres, los mexicanos de nuestras etnias no pueden seguir confiando a ciegas en la política del engaño implementada por AMLO y Morena que prometieron trabajar por los pobres pero no lo hacen, no han cumplido, por eso, hablar de justicia ahorita suena muy llamativo, el que se haga una justicia verdadera dependerá de que todos los indígenas pobres se organicen y luchen para que exijan lo que por derecho les corresponde.