Bandas de pop coreano como BTS rompen moldes desde un país -y una región del mundo- en el que la homosexualidad sigue estando muy censurada
Sus canciones se cantan en todo el mundo, pese a desconocer su contenido. El K-pop o pop coreano es un fenómeno mundial que provoca viajes en masa de adolescentes al país asiático y que ha llevado a la revista Billboard a crearle una sección. Siempre fue acogido con los brazos abiertos por las élites surcoreanas porque tras sus melodías pegadizas y coreografías imposibles, apenas se ha puesto en duda el fuerte conservadurismo de su sociedad.
Pero un grupo ha ayudado a generar un importante giro de timón, BTS. Este septeto musical ha sabido mantener el equilibrio entre popularidad e influencia señalando verdades incómodas de su entorno, como normalizar las relaciones homosexuales a través de sus redes sociales y entrevistas. Un tuit suyo de 2013, animaba a sus seguidores (autoproclamados como ARMY) a leer las letras de la canción Same Love, de Macklemore. Una oda al amor libre, sin importar el género, la orientación o la identidad sexual.
Parece un gesto insignificante. Pero no convendría pasar por alto el hecho de que en Corea del Sur las parejas homosexuales no tienen los mismos derechos que las heterosexuales y no pueden casarse. Y para adoptar se tiene que estar casado por ley. En 2017, un militar fue condenado a seis meses de prisión y un año de suspensión de empleo por admitir haber mantenido relaciones sexuales con consentimiento con otro hombre.
Todo esto y su implicación en causas como la recogida de fondos para campañas anti bullying, como la que organizó UNICEF, les valió el premio Billboard al Mejor Artista Social de 2017 y la felicitación de su presidente, Moon Jae-In. El mundo está escuchando.
fuente… el país