REDACCIÓN
En medio de la rutina carcelaria, un grupo de 20 personas privadas de su libertad en el CERESO de Bucerías recibió una charla poco común pero urgente: prevención del suicidio.
La actividad, encabezada por personal en Psicología de la Unidad de Servicios PostPenales de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), tuvo como propósito visibilizar factores de riesgo y ofrecer herramientas emocionales a quienes viven en condiciones de encierro, muchas veces invisibilizados y con acceso limitado a apoyo emocional real.
Aunque suele hablarse poco de la salud mental en los centros penitenciarios, la realidad es que los episodios de ansiedad, depresión y pensamientos suicidas son mucho más frecuentes de lo que se admite. La charla forma parte de una estrategia que busca frenar ese deterioro psicológico silencioso, en un ambiente donde la tensión y el abandono son parte del día a día.