Enfrentando las Preocupaciones

REDESCUBRIENDO

Por: José Miguel Cuevas Delgadillo

¿Trabaja tu mente más rápido que tú? ¿Eres una persona presa de tus pensamientos negativos? Tal vez tu mente esté abrumada con la cantidad de actividades que se acumulan diariamente y no te dejan hacer una pausa para relajarte, jugar, descansar, dedicarte a un hobby, leer, etc. Presta atención a tus pensamientos, ¿cuál es el tono general de lo que piensas, negativo o positivo? Una actitud optimista mejora la salud general. El doctor Edmund J. Bourne -autor de “The Anxiety and Phobia Workbook” – (La Ansiedad y la Fobia del Libro de Trabajo) afirma que para disfrutar de un bienestar completo todos necesitamos hallar “un significado, un propósito y una espiritualidad”. Usted seguramente reconoce su deseo de amar y ser amado, ésta es la base de su necesidad espiritual más grande. También necesitas sentirte seguro, protegido, esperanzado y confiado; estas necesidades inspiran a muchos a buscar a un ser supremo. Cuando estemos preocupados no olvidemos que es porque estamos vivos, no se trata de posponer las responsabilidades, sino de tratar de ejecutarlas de la mejor manera. Es evidente que nuestra cultura le da más importancia a la preocupación que a la ocupación. La ocupación aleja la preocupación. Mantente siempre ocupado para que así se logre expulsar lejos a la preocupación; la actividad es un medio excelente para combatir la enfermedad del espíritu. Es importante que no te disgustes por pequeñeces, no permitas que las insignificancias derriben ese gran roble que es tu personalidad. Si algo ya sucedió y no puede cambiarse, puedes decir: “así es, o así fue y no puede ser de otro modo”. ¿Para qué llorar por aquello que no puedes cambiar? ¿Para qué darle vueltas a la situación que ya pasó? Más bien, debes hacerte responsable de lo sucedido.

     Date a ti mismo periodos cada vez más cortos de tiempo de preocupación, déjalos para más tarde. Si estás trabajando y empiezas a preocuparte por algo, posterga tu preocupación para dentro de un rato. Esto depende de la severidad del problema y de lo insistentes y frecuentes que sean los pensamientos obsesivos; si has decidido dejarlo por cinco minutos, trata de posponerlo de nuevo cuando hayan pasado esos ese tiempo y así sucesivamente. Uno de las actitudes incorrectas de las sociedades consumistas y modernas es la debilidad de voluntad, las personas parecen estar vacunadas e inmunizadas contra todo tipo de esfuerzos. El placer, la comodidad, los caprichos, la superficialidad y el desorden predominan ante los valores de esfuerzo y auto-motivación. Voluntad es decisión, te lleva a acciones y resoluciones firmes; sin embargo, todo parece indicar que la fortaleza de la voluntad es cada vez más escasa. Por ejemplo, cuando hay un problema familiar, lo más fácil es destruir el matrimonio; el divorcio se presenta como una salida muy práctica y muy atractiva. Los niños y los jóvenes huyen de cualquier esfuerzo. ¿Por qué tanta debilidad? ¿Por qué tanto miedo al esfuerzo? ¿Por qué tantas preocupaciones y dificultades que las personas no saben cómo enfrentar? Una persona que es fuerte ante las adversidades es aquella que, en situaciones que pueden atentar contra ella, resiste las influencias perjudiciales, soporta todas las molestias que enfrenta y se entrega con valentía para vencer las dificultades. La virtud de la fortaleza hace la voluntad inflexible ante las dificultades, las tentaciones, los desánimos y los problemas, grandes o pequeños, de la vida o de todos los días; debe fortalecernos hasta formar un carácter en un valiente. Hasta la próxima. Orientador Familiar y Conferencista. Consultas Celular 311 136 89 86.