Grupo Xcaret demandará a papá de Leo por dañar la imagen de la empresa

  • México exige justicia, que paguen los verdaderos culpables y que no se busque criminalizar a un padre que lo único que quería era salvar la vida de su hijo

Redacción

No bastó con la muerte de su hijo, ahora el cardiólogo Miguel Ángel Luna Calvo, será demandado por Grupo Xcaret por dañar la imagen de la empresa.

Esto aun cuando la tragedia se derivó de un error humano al no colocar una tapa en el ducto por el que fue succionado el menor.

Grupo XCaret, aceptó el error pero negó rotundamente que se le hayan obligado a firmar un perdón, como lo manifestó el padre del menor fallecido.

Señalan que han decidido acusar de la desviación del curso causal al doctor Luna Calvo al interferir en el auxilio con maniobras. ( BRINDARLE A SU HIJO LOS PRIMEROS AUXILIOS)

Xcaret dice que el padre intervino e interfirió en la atención médica del menor, lo que, no es recomendable, ni ético, ni mucho menos profesional cuando se trata de un familiar, ya que esto puede influir en su juicio médico profesional.

Es así que ahora la empresa señala que el menor murió por malas prácticas hospitalarias, incluso por la actuación del padre supuestamente por empeorar el hecho.

México exige justicia, que paguen los verdaderos culpables y que no se busque criminalizar a un padre que lo único que quería era salvar la vida de su hijo.

De acuerdo a lo publicado por TV Notas, el señor Luna relató la serie de irregularidades en el caso, además reveló que el filtro donde su hijo se accidentó llevaba meses sin ningún tipo de protección.

Relató: “Mi esposa, mis cuatro hijos (de 11, 13, 18 y 20 años) y yo viajamos a Quintana Roo para festejar que superamos la COVID-19, porque nos salvamos de milagro. Llegamos unos días nos salvamos de milagro.

Llegamos unos días antes y el sábado 27 de marzo nos fuimos todos al parque Xenses”.

“Llegamos temprano y nos estábamos divirtiendo. Leo, su hermano y yo vimos una atracción llamada Riolajante, un río salado que recorres flotando y quisimos entrar”

“Mi hijo mayor, Leo y yo nos metimos al agua, cerramos los ojos y nos dejamos llevar por la corriente, pero casi al final del recorrido, vi que Leo no salió conmigo y mi hijo mayor me jaló para buscarlo. No veía nada, pero fui tocando el fondo del río y sentí que había un orificio que te aspiraba el pie y supuse que ahí estaba mi hijo”.

“El orificio resultó ser un conducto, que era estrecho, pero me metí y descubrí que había como una cisterna y aunque no veía nada, algo dentro de mi me decía que ahí estaba mi hijo”.

-¿Pudo tocarlo?

“No, porque el aire me comenzó a faltar y tuve que salir. Al llegar a la superficie, respiré hondo y volví a meterme por el conducto y esta vez sí llegué hasta el fondo y toqué el cuerpo de mi hijo. Intenté sacarlo, pero no podía, estaba atorado con algo”.

“Fueron los peores minutos de mi vida. Sabía que también yo corría peligro, pero en ese momento sólo pensaba en salvar a mi Leo. Volví a salir a la superficie, tomé una lámpara que alguien me alcanzó y volví a sumergirme. Iluminé el fondo de la cisterna y pude ver a mi hijo; desatoré su pierna y esta vez, aunque con mucha dificultad, sí pude sacarlo”.

“Estaba inconsciente. Comencé a pedir auxilio, pero al ver que nadie llegaba le di respiración de boca a boca, hasta que unos minutos después llegaron los paramédicos del parque, pero sin ningún equipo y no sabían ni cómo actuar; se notaba que no estaban preparados para estas situaciones”.

“Lo subieron a un carrito de golf para después pasarlo a una ambulancia, en ese trayecto nunca dejé de darle respiración de boca a boca”.

“Yo tardé unos tres minutos en sacar a mi hijo y después los paramédicos tardaron como 10 o 15 minutos en llegar, pero eso no fue lo único”.

“Llegó una ambulancia que tampoco estaba equipada y no sé por qué me mandaron a Playa del Carmen; además, nunca activaron el 911, no siguieron los protocolos”.

“Pasó mucho tiempo, no entendí por que lo llevaron a Playa del Carmen cuando había otros más cercanos”.

“Me dijeron que estaba estable, pero yo soy médico y veía que en el hospital no estaban preparados, así que activé mi seguro para trasladarlo a la CDMX en una ambulancia aérea”.

“Me dijeron que no podía trasladarlo a menos que firmara una alta voluntaria. Pasé toda la noche intentado sacar a mi hijo de ahí y al otro día, como a las 7:30 de la mañana, me mandaron a una doctora que me explicó que mi hijo había tenido una hemorragia de pulmón, lo que haría imposible el traslado. Dos horas después, volvió y me dijo que Leo había fallecido”.

-¿Por qué cree que le hicieron tan complicado sacarlo?

“Creo que no querían que me lo llevara, para tener el control de todo lo que pasó”.

¿Por qué lo dice?

“Porque aunque mi hijo ya había fallecido, el hospital no había dado cuenta a la fiscalía. Cuando les pregunté qué estaba pasando y por qué tanta tardanza, ellos me dijeron que únicamente si yo me comprometía a dar el perdón al parque, podían seguir con el proceso de mi hijo”.

-¿Y qué respondiste?

“Mi pequeño acababa de morir, y mi esposa y mis hijos estaban destrozados; yo sólo quería irme a Durango, sepultarlo y terminar con esta pesadilla. Hoy me arrepiento, pero era tanta mi desesperación que dije: ‘Sí, lo hago, pero que ya sea para trasladarlo a Durango’; me dijeron que si no firmaba el perdón, se iban a quedar con mi hijo e iban a poner que murió por un accidente”.

-Qué terrible…

“Me hinqué y lloré, así que me dejaron hacer una relatoría de hechos pequeña porque firmé la promesa de perdón al parque y fue así como me dejaron llevarme el cuerpo”

-¿Qué les dijeron en el parque?

“Nada, los dirigentes se lavaron las manos; sin embargo, unos trabajadores me dijeron que ese conducto no tenía rejilla desde octubre, imagina cuántas personas más estuvieron en riesgo”.

-¿Demandará?

“En su momento dije que no demandaría, pero cuando llegó mi hijo a la casa y lo vi en el féretro, me quebré y lloré, le dije a mi esposa: ‘Tengo que hacer algo, no es momento para quedarse callado’”.

-¿Qué busca lograr?

“Le cortaron la vida a mi hijo. Yo no quería demandar al parque, pero lo haré para que esto no se repita nunca… justicia es todo lo que busco, nada más. Leo era un hijo bueno, soñador; siempre muy sonriente, nunca se quejaba porque se enfocaba en las cosas buenas de la vida. Con ese ejemplo nos quedamos, que ser feliz es simple. Por eso me dio mucha rabia porque se murió un niño de 13 años, con toda una vida por delante y las autoridades no hicieron nada. Voy a llegar hasta las últimas consecuencias”.

-¿Cómo fue regresar a Durango sin Leo?

“Desde que llegamos a Durango casi nadie ha dormido, estamos todo el día llorando. Ahorita estamos con los rosarios y también con las misas diarias de Leo. A veces, tomamos el iPad, lo abrimos y vemos lo que él hizo, sus últimos días, eso es lo que nos ha amortiguado un poquito este dolor tan grande. Tenemos un mensaje que nos dejó Leo: ‘Hay que ser alegres, la vida es simple y no hay que complicársela”, finalizó.

Fuente: Chiapas Sin Censura y TV Notas