La solidaridad nos une.

REDACCIÓN

«A lo lejos se escuchan motosierras, la limpieza continúa, no hay señal ni energía eléctrica, imposible comunicarse con los familiares que se encuentran lejos, imposible compartir en tiempo real la situación, subir las fotos del desastre para que se enteren de la gravedad y sepan que eso sensibiliza a todo mundo.

Empieza a caer la noche y hay que entrar a casa, muchas sin techo, quizá llueva, ni pensarlo, es una zona de alta humedad por lo tanto los zancudos harán lo suyo, hace calor y no hay ventiladores, y tantito peor, no hay dónde conservar la comida refrigerada, dice CFE que va a tardar un mes en regresar la energía eléctrica. La cosa se pone más triste.

Casas en el suelo pero la gente siempre de pie, me consta, ya viví dos huracanes allá, y las personas siempre se echan la mano para levantarse. Hora de regresar a Tepic, hay que ir por víveres y decirle al mundo qué es lo que están pasando nuestros hermanos de toda esa zona, mover las conciencias para unirnos y salir nuevamente adelante, al cabo ya le sabemos».

Testimonio de Enoc Maldonado Camacho. Profesor de la unidad académica de Educación y Humanidades. Originario del Pericos, Rosamorada, Nayarit.

Aun podemos solidarizarnos con las familias afectadas por el huracán Roslyn donando alimento y agua embotellada principalmente, en el centro de acopio que se instaló en la explanada de Rectoría.