La UAN, entre la crisis y la esperanza

Por: Alejandro Almanza Aguilar

La Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) atraviesa por una de las peores crisis financieras de su historia. La rectora Norma Galván Meza reconoció que la segunda quincena de noviembre está muy “apretada” para poder pagar a los trabajadores y docentes de la máxima casa de estudios de Nayarit. Además, la UAN necesita 350 millones de pesos para cubrir las prestaciones de fin de año, dinero que no tiene ni sabe de dónde saldrá.

Esta situación no es nueva, sino que se arrastra desde hace varios años, debido a la falta de recursos propios, el incremento de la nómina, el déficit presupuestal y la deuda con el ISSSTE. La UAN ha dependido de los subsidios federales y estatales, que muchas veces llegan tarde o son insuficientes. Así, la UAN se ha convertido en una institución vulnerable, que vive al día y que no puede garantizar el pago puntual de sus obligaciones.

Esta crisis no solo afecta a los trabajadores y docentes, sino también a los estudiantes, que ven mermada la calidad de la educación que reciben. La UAN ha tenido que recortar gastos en infraestructura, equipamiento, investigación, extensión y cultura.

Además, la UAN ha enfrentado problemas de gobernabilidad, transparencia y rendición de cuentas, que han generado desconfianza y descontento entre la comunidad universitaria.

Ante este panorama, ¿qué futuro le espera a la UAN? ¿Qué soluciones se pueden implementar para salir de la crisis? ¿Qué papel deben jugar las autoridades, los sindicatos, los docentes, los trabajadores y los estudiantes? Estas son algunas de las preguntas que se deben responder con urgencia, para evitar que la UAN se hunda más en el abismo.

La UAN es una institución pública, autónoma, social y democrática, que tiene como misión formar profesionales competentes, generar conocimiento científico y humanístico, y contribuir al desarrollo sustentable de la sociedad.

La UAN es un patrimonio de los nayaritas, que no se puede perder ni dejar morir.
Por eso, es necesario que todos los actores involucrados en la vida universitaria asuman su responsabilidad y su compromiso con la UAN.

Es necesario que se busquen fuentes alternativas de ingresos, que se optimice el uso de los recursos, que se transparente la gestión, que se fortalezca la participación y que se recupere la confianza. Es necesario que se dialogue, se negocie y se acuerde, con respeto, con sensatez y con visión de futuro.

La UAN no está sola, cuenta con el apoyo de otras universidades públicas del país, que también han enfrentado problemas financieros y que han logrado superarlos con el respaldo de la federación.

La UAN también cuenta con el respaldo de la sociedad nayarita, que reconoce su valor y su aporte al desarrollo del estado.
La UAN tiene una historia de más de 50 años, en los que ha formado a miles de profesionales, ha generado conocimiento relevante y ha impulsado la cultura y el bienestar social.

La UAN tiene un presente difícil, pero también tiene un futuro prometedor, si se trabaja con unidad, con solidaridad y con esperanza.

La UAN es de todos y para todos. La UAN vale la pena.