Llega a 100 años Luis Echeverría, ex presidente del viejo régimen priista

El ex presidente Luis Echeverría es el último animal político del viejo régimen priista, su figura representa muchos momentos, tiene muchas caras, como autoritarismo, el gran presidencialismo metaconstitucional que tiene como sus lados más visibles el 2 de octubre de 1968; El Halconazo, en 1971 y la guerra sucia.

El pasado lunes en su cumpleaños 100, (17 de enero de 1922), el juicio popular lo ha juzgado y condenado por estos hechos, aunque sus colaboradores señalan que se pasa por alto su privilegiada inteligencia, su conocimiento de las entrañas del sistema político nacional que, incluso, le permitió por teléfono y a cientos de kilómetros de distancia operar su sucesión presidencial.

Pero tiene otras caras, menos visibles, como la del fundador de instituciones que permean al día de hoy como los Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH), el Infonavit, la Profeco, el Colegio de México, la Cineteca, el Fondo de Cultura Económica, la UAM y el Conacyt, el Polyforum Siqueiros, entre muchas.

También está la cara del diplomático, que en plena Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia, lo mismo estrechaba la mano del ex presidente Richard Nixon que de que podía reunirse sin problemas con el presidente del Presídium del Soviet Supremo de la URSS, Leonid Brézhnev y el primer ministro de la República Popular China, Chou En-Lai.

Para sus colaboradores era un hombre con un gran nivel de concentración, que daba instrucciones precisas. Su ex secretario del Trabajo, Porfirio Muñoz Ledo, recuerda que durante una gira el ex presidente Echeverría “condujo por teléfono la sucesión presidencial”

Entre las historias que lo rodean están que siempre en sus giras internacionales viajaba con tortilleras para mostrarle al mundo un poco de México, que gracias su buena relación con el gobierno de China le regalaron una pareja de osos pandas que llegaron al zoológico de Chapultepec y fueron los padres de Togui.

O que gracias a un decreto de 1972 los burócratas trabajan cinco días a la semana y que podía pasar hasta 11 horas sin hacer del baño para seguir trabajando.

En una entrevista concedida a los historiadores Enrique Krauze y Javier Bañuelos, Echeverría recuerda que cuando el presidente Gustavo Díaz Ordaz lo invita a su gabinete como secretario de Gobernación en ese momento «sintió» que sería Presidente.

Pero varios hechos se le cruzaron en el camino, el más memorable, su participación en el asesinato de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968, que casi le quita la candidatura presidencial.

Ya elegido como abanderado priista de unidad, tuvo otro episodio que lo enfrentó con los mandos del Ejército que pidieron al presidente Díaz Ordaz «enfermarlo» para quitarle la nominación.

Los hechos ocurrieron durante su campaña en Michoacán en 1970, cuando visitó la Universidad Nicolaíta y se encontró con unos enardecidos estudiantes que pedían justicias por los hechos de Tlatelolco.

El entonces estudiante y futuro líder priista, Marco Antonio Aguilar, recuerda que tras varios minutos, «el candidato Echeverría decidió irse y los estudiantes le pidieron un minuto de silencio por los alumnos muertos el 2 de octubre, a lo que accedió sin saber las repercusiones».

Fuente: Milenio